Conoce a Juan, un profesional de 40 años que siempre trabaja con mucho esfuerzo, está comprometido con su trabajo y busca cumplir sus objetivos, es por eso que ha logrado resultados significativos en su carrera.
Sin embargo, a pesar de sus buenos hábitos de ejercicio regular, puntualidad y continuamente estar buscando aprender más y desarrollarse, a menudo se encuentra luchando por alcanzar su máximo potencial. Aún con todos sus logros siente que le falta mucho por avanzar, no se siente satisfecho.
En los momentos de silencio, calma, siente que algo falta, que algo está limitando su crecimiento…
La historia de Juan resuena con muchos buscadores de transformación, quienes a pesar de sus hábitos positivos, se sienten detenidos. ¿El culpable? Es algo tan pequeño pero silencioso, que es muy fácil pasar por alto: Aquellos pequeños malos hábitos, que se cuelan sin ser notados, obstaculizan tu progreso.
Este artículo explora cómo reconocer y eliminar esos pequeños pero importantes malos hábitos, veremos varias estrategias que te permitirán desbloquear tu verdadero potencial y facilitar un progreso imparable.
Para que la conversación de hoy funcione de la mejor manera posible, vamos a revisar algunos conceptos clave, para estar en la misma página:
- Buenos Hábitos:
Comportamientos que son beneficiosos para la salud física o mental, a menudo conducen a resultados positivos como mayor productividad, mejora del bienestar y crecimiento personal. Están también directamente relacionados con la salud y el nivel de energía para desempeñarse con éxito consistentemente.
- Malos Hábitos:
Comportamientos que son perjudiciales para la salud física o mental, a menudo obstaculizan la productividad, contribuyen al estrés y obstruyen los objetivos personales y profesionales.
Los hábitos son aquellas estrategias, que aplicamos de manera casi automática, no las cuestionamos ni les dedicamos energía para revisarlas. ¿Cuándo fue la última vez que revisaste de manera detenida y calmada cómo amarrabas las agujetas de tus zapatos? Probablemente cuando estabas en pre-escolar.
De la misma manera que el hábito de amarrar los zapatos, tenemos una infinidad de estrategias que ya son inconscientes y que algunas si son muy beneficiosas, pero otras, impactan negativamente en nuestra vida y no somos conscientes de ellas.
¿Cuándo fue la última vez que, de manera objetiva, te tomaste un momento para identificar y reconocer aquellos pequeños malos hábitos, que no son tan malos, pero si impactan en tu vida?
El Impacto de los malos Hábitos en los Buenos Hábitos
Los buenos hábitos a menudo ocupan un lugar central en las narrativas de cualquier blog, taller y conversación sobre desarrollo personal, y con mucha razón: impulsan el éxito, la salud y el bienestar. Sin embargo, es poca la atención que le prestamos a los malos hábitos, como la procrastinación, la alimentación poco saludable, malos hábitos de sueño o el tiempo excesivo frente a la pantalla, pueden estrangular silenciosamente estos esfuerzos, ocultando y en muchos casos, atacando los beneficios de los buenos hábitos.
Para darte un ejemplo claro, piensa en el tiempo, esfuerzo y recursos que lleva llenar un cubo con agua mientras tiene una fuga, por más pequeña que sea; los malos hábitos representan la fuga o fugas que necesitan ser reparadas y que constantemente están afectando tu vida.
Esas aparentemente pequeñas fugas, pueden verse como algo muy sencillo, fácil de reparar y que al final del día no afectan tanto, o eso creemos. El detalle está en que normalmente, es muy fácil ignorarlas, hasta que pasan meses y hasta años, sin que se tome consciencia de su impacto y el desgaste que generan.
Identificación de Malos Hábitos Personales
La conciencia es el primer paso hacia el cambio. Volvernos conscientes de nuestros actos, es como ponerles un reflector encima a muchas de nuestras acciones que normalmente suceden de manera “automática”... estamos tan acostumbrados con nuestro modo de hacer las cosas, que ni siquiera los reflexionamos o cuestionamos. Vemos muchos de nuestros hábitos como cuestiones fijas: Yo soy así.
Ahora, el juego de identificar los malos hábitos y el reconocimiento de acciones que contrarresten tus esfuerzos positivos, implica un proceso reflexivo honesto.
Por favor, aquí es muy importante mencionar que para que éste proceso de reflexión y revisión sea realmente útil, hay que evitar caer en dos actitudes que nos resultan muy fáciles y hasta automáticas de aplicar: La culpa y la vergüenza.
Al revisar tus hábitos negativos, presta mucha atención y consciencia de no caer en ese juego. Elimina de tu revisión la culpa y la vergüenza, revisa cuáles de tus hábitos son negativos y están impactando tu vida, sin juzgarlos, concéntrate en su funcionalidad, no en las emociones y sentimientos; desde ese espacio de funcionalidad, revisa, analiza y establece nuevas estrategias para cambiar.
Si revisamos, hay hábitos negativos que podrían incluir saltarse comidas que llevan a snacks, siendo honestos, que son poco saludables; patrones de sueño inconsistentes que impactan los efectos del ejercicio, o qué tal el diálogo interno negativo que disminuye tu confianza; estrategias para descansar (así las podemos llamar), que realmente son distracciones que impactan negativamente mi productividad. Si yo comienzo a darme cuenta que mis hábitos de revisar las redes sociales durante el trabajo conducen a la procrastinación (perder el tiempo, ¿alguien?), afectando mi productividad a pesar de que normalmente tengo un enfoque disciplinado.
Por ejemplo, esa última hamburguesa con papas fritas que te comiste, no es tan mala si la consideras de manera individual. Un poquito de colesterol y grasas saturadas y ya, carbohidratos, carne… eso si, con lechuga y jitomate por aquello de que los vegetales son importantes… pero si revisas el evento en una línea de tiempo, el acumulado de esa misma actividad, repetida muchas veces… el impacto es bastante severo para tu salud. Los productos industrializados en forma de comida, son más baratos, a veces más accesibles, rápidos y fáciles de encontrar y consumir, pero ¿son la mejor opción para una vida sana? Siendo muy honestos, no.
Ahora imagina se le agregamos constantemente a la mezcla de nuestra alimentación comida rápida, pizza, refrescos y jugos (que aunque parezcan sanos están llenos de azúcares añadidos), snacks como las papitas y frituras.
¿Cómo se ve realmente mi sistema de alimentación? Es una integración de buenos hábitos y consciencia para lograr una mejor calidad de vida? O ¿Es un conjunto de respuestas reactivas a mi estado de ánimo del momento, la oportunidad y comodidad de qué me queda cerca y se me antojo? Digo, para eso trabajo, me mato y tengo “derecho” a darme mis gustitos.
Sólo que esos “gustitos” impactan mi vida, no sólo mi alimentación, sino en todo el marco de mi vida, mis pequeños malos hábitos, donde sea que sucedan impactan poco a poco, de manera negativa mi vida. Si ahora llevamos esa reflexión a las demás áreas más básicas de nuestra vida, qué comemos, cómo nos movemos y hacemos ejercicio, cómo dormimos, ¿qué encontraríamos?
La clave de la transformación de mi vida está en las pequeñas actividades inconscientes que voy repitiendo de manera mecánica.
Estrategias para Superar los Malos Hábitos
Liberarse de los malos hábitos requiere un enfoque estructurado y proactivo si quiero transformar mi vida:
- Conciencia y Reconocimiento: Evalúa regularmente tus hábitos, reconociendo tanto los positivos como los negativos. Todos nuestros hábitos tienen un “gatillo”, es decir una forma muy específica de comenzar. Si dejo mis tenis listos para hacer ejercicio, en un lugar que me queda muy a la mano, es más fácil que me los ponga y haga ejercicio que si tengo que ir a encontrarlos en algún lugar de mi clóset.
- Establecimiento de Metas Claras: Define metas específicas y alcanzables para reemplazar los malos hábitos con comportamientos positivos. Para nosotros, hoy, eso significa asignar tiempos específicos para las redes sociales y enfocarse en el trabajo durante las horas de oficina. Si tienes claro para qué quieres cambiar tus malos hábitos, es más fácil implementar el cambio.
- Consistencia y Paciencia: El cambio lleva tiempo. Los pasos pequeños y consistentes conducen a una transformación sostenible. Celebra pequeñas victorias y mantén la paciencia ante los contratiempos.
- Repetible: Un buen hábito debe de ser fácilmente repetible. Si hago que sea obvio cuándo empezar a hacerlo y el proceso del nuevo hábito es fácil de repetir, es más realista y predecible que si va suceder.
Al final de éste post, te invito a descargar el desafío que preparé, si lo implementas, puedes comenzar a eliminar sistemáticamente los malos hábitos, mejorando el impacto de tus esfuerzos positivos.
Alcanzar el éxito personal y profesional implica más que cultivar buenos hábitos; requiere la eliminación de malos hábitos que obstaculizan tu progreso. Al comprender el impacto perjudicial de los malos hábitos, identificarlos y emplear estrategias para superarlos, desatas tu pleno potencial y allanas el camino para un éxito sostenido.
Entender los asesinos silenciosos del éxito, tus malos hábitos, es transformador. Al fomentar un entorno donde los buenos hábitos prosperen sin ser desafiados por los negativos, creas un camino hacia un progreso imparable.
¿Qué pasaría si pudieras identificar y eliminar todos tus malos hábitos, uno a uno? ¿Cuánto más exitoso podrías ser? ¿Cómo se transformarían tu vida personal y profesional si tomaras el control de éstos obstáculos silenciosos?
Únete a la conversación dejando un comentario a continuación.
Comparte tus experiencias y los pasos que has tomado para liberarte de los malos hábitos.
Nos leemos más tarde,
Mr. Sinu.
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